sábado, 6 de noviembre de 2010

Una historia que deseo difundir.

El señor Gustavo Gómez periodista a quien admiro, escribió esto para la revista Soho.  La publico porque expresa mucho de lo que yo mismo no he atinado a decir en mucho tiempo.


"Al sur del Huila, en una región apartada del municipio de Pitalito, la violencia se mete completica al hogar de la familia Rodríguez. Los delincuentes la emprenden contra el dueño de casa y, en la ira que suele acompañar las acciones de quienes hacen de lo ajeno cosa propia, le dan un tiro en el pecho tratando de hacerlo confesar dónde esconde algo de valor. El hijo pequeño, al ver al papá tirado en el piso, se va corriendo a su habitación y vuelve para enfrentar a los asesinos con su única arma: un marranito de barro lleno de monedas. Temblando, se lo ofrece a los cuatro delincuentes, pidiéndoles a cambio no seguir maltratado a su papá. El señor Rodríguez se muere sin saber, al igual que los obtusos ladrones, que el verdadero tesoro de la casa estaba escondido en el corazón de un niño."


http://www.soho.com.co/wf_InfoArticulo.aspx?idArt=11857

5 comentarios:

Belén Manrique Castaño dijo...

MIL FELICITACIONES POR TAN BONITA REFLEXION.
SALUDOS

NewSaint73 dijo...

Chuta...te me tiraste la tarde...ahora esta mas gris.

Chau.

Vicky dijo...

Impresionante... Hemos cambiado los pecados por la legalidad. La tristeza humana reside en sustentar su oscuridad profunda en un sistema de bondad.

David dijo...

Ah minino... que bonita reflexion, aveces perdemos ese sentido humano, por desviar la mirada hacia otras cosas, mas profanas y menos humanas--->> bueno gato, ud donde anda eh!!! cuidate Kike!!un abazho

Joey dijo...

Es una historia bella y concisa, lo que mas me gusta es que llama a la reflexion sobre los valores.

Y si al final del camino la vida no te encuentra triunfante, que por lo menos te encuentre luchando!