viernes, 2 de mayo de 2008

No aguantaste mi amiguito

Hola cosito. Yo se que esto no te hará cambiar de opinión. Se que desde hace 8 meses vas con el alma colgada en la corbata; se que lo amaste con la pasión y entrega que a tus 26 eras capaz y que él a sus 53 no podía, en su momificada existencia, llegar siquiera a percibir. Se sobremanera de cuantas noches pasaste maullandole a la luna y creyendo que el maullaba contigo. Fui testigo del viaje en donde dejaste a tus padres, hijos de un pueblito de pescadores del macondo caribeño y de como te diste, en esta fria estrella de los andes, a un amor que no entendia de mariposas amarillas, ni de pianos afinados o de pajaros estrellados contra las paredes.

Te acompañé en el parto de maldecir su nombre, para luego querer recoger las lagrimas que por él lloraste y beberlas de nuevo para sentirlo, al menos así, dentro de ti.

Se de tu cripta laboral, de tus multiples empleos para no pensar, no sentir, no existir... una forma de morir un poco al vender tu alma al mejor postor, como la candida herendira, para pagar una deuda moebiana.

Se de tu sonrisa sincera, que parece que alumbra el día, de tu conciencia pura como niño de primera comunión, de tu cuerpo recio y moreno hijo del viento y la ciénaga, de tus ojos tiernos enamorados la lluvia tibia en las tardes.

Pero él tiene alma de notario, mirada de vidrio y corazón de cartón. El vive en esa mortaja que llama blazer y que no se pudre solo por acción del percloroetileno... él no entiende de sol, de sangre, de carnaval, de cumbia, de sed. Él tan solo es un fantasma que deambula en el Polo que a un no se ha dado cuenta que murió en los tiempos del ruido.

Se que ya has elegido, que huyes, que serás un hijo de la selva, un hermano del tucán, tu carcaj abunda en flechas y el hevea el siringal. Pero como me duele que hayas elegido ser el eccehomo de un viacrucis sin doliente; pero me duele mas porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra.


Te voy a extrañar mi amiguito

Quike

3 comentarios:

Monchis dijo...

Hola Quike,

Esta historia me suena tan familiar!!!

La de tantas caras sin nombre que aspiran a encontrar un lugar en el anonimato de las calles bogotanas.

La provincia a veces asfixia y limita los espíritus libres que van en contra de los convencionalismos, pero el choque contra la ruda realidad del cemento, las caras largas y los cielos grises es mas de lo que muchos pueden soportar.

Ojalá que tu amiguito encuentre su propio lugar y su destino.

Saludos,

JP dijo...

Wao...

Comienzas con pié derecho mi estimado Quike... que nivel tan... Berracco hermano!

Me encantó una frase... "Pero él tiene alma de notario, mirada de vidrio y corazón de cartón"... la madre que a mi me dicen eso y me pego una chillada de padre y señor mío.

Un enorme y merecido saludo a este post tan chevere, su calidad es muy buena y, además de mostrarnos tu redacción, muestra una cara de la realidad Bogotana, la de aquellos que no luchan por su medalla y escogen la escapada.

Genial tu post.

Anónimo dijo...

Buen relato, buena prosa, muy buen post.

Y si al final del camino la vida no te encuentra triunfante, que por lo menos te encuentre luchando!