miércoles, 3 de febrero de 2010

Amor adolescente

Hola mis niños. Hoy retorno con un tema algo.... jabonoso. El amor de un hombre gay, porque hay que reconocerlo, un buen grupo de ustedes suele ser algo escurridizo para entregar el corazón.

Siempre que charlaba con mi hijo, eé se preguntaba muchas veces "¿por qué me tocaban siempre esos tipos?", "¿por qué si decía amarme, no era sino que apareciera una oportunidad para serme infiel?" "¿por qué cuando rumbea parece que fuera el último baile, la última copa o el último levante?" Bueno a veces esas preguntas también rondaban mi cabeza y tratando de dar con algo se me apareció la respuesta charlando con un querido amigo.

Decia J.C. que, salvo esta generación (que no ha salido del closet, porque nunca estuvo en él) la gran mayoría de hombres gay han tenido un periodo mas o menos largo de ocultamiento de sus verdaderos sentimientos, de sus deseos y de los elementos usuales del joven es decir rumba, amigos, pareja pero enmarcados en el mundo gay. Usualmente esta salida del closet, progresiva y mas o menos constante iniciaba durante el primer año de universidad o cuando se iniciaba la vida laboral y por ende la independencia financiera de los padres. Esta época se constituía en un booom de expresión, de rumba, de parejas, de trasnochadas y también de sexo, es decir se emborrachó la policia!


Durante esos años, los chicos suelen salir mucho, conocer mucho, probar mucho y por ello a pesar de que algunos de ellos dicen querer algo estable realmente no suelen estar preparados para ello. En opinión de mi querido J.C. los hombres gay tienen atrasada su adolescencia afectiva y por ello no coincide con la cronológica sino que se "corre" algún tiempo.

Yo me resistía a creerlo, sobre todo porque me tocaba en lo mas profundo como madre de un guapo chico gay, profesional, de 26 años que estaba comprando sus primeras cosas y que planeaba irse el año entrante de la casa! Sin embargo los signos estaban ahí: muy preocupado por su imagen, su peinado y su vestir al punto de la vanidad; hedonista preocupado por su cuerpo marcado y absolutamente dedicado al gym, el ortodoncista y pensando en un par de cositas a nivel estético; indeciso sobre cual de los hombres con que salía le convenía mas y pues la solución era dar a cada uno una oportunidad; rumbero y trasnochador al punto de dejar de verlo desde el jueves en la noche y reencontrarlo el domingo en la tarde; feliz tomándose fotos con sus amigos, pasándola a toda hora con ellos y cuando llega a casa dedicarse ha charlar/chatear como si no hubieran tenido suficiente; y para colmo... volverse un chino chiquito cuando un fracaso lo agobia o un novio lo deja y correr a mis brazos buscando el refugio que sabe que siempre tendrá.

Si lo admito, soy madre de un adolescente afectivo. Ahora... a enseñarle a madurar porque de otro modo será un hombre listo para el amor... cuando su cuerpo ya no suscite el mismo interés en otros hombres buscando siquiera el sexo.


Como siempre, con amor,

Priscilla



7 comentarios:

David dijo...

-señora , pues no puedo decir nada por que hasta ahora abro los ojos...-

Monchis dijo...

Respetada Doña Señora:

Muy encomiable sus esfuerzos tratando de encaminar a su pichoncito.

Sin embargo no olvide que el angelito siempre hara precisamente lo contrario a lo que usted le aconseja, porque la experiencia es algo que se adquiere únicamente en el ejercicio del ensayo y el error.

Además andar de picaflor tampoco es algo tan malo como pudiera pensarse... El que puede, puede.. y así será mientras exista quien se le mida a pararle bolas.

Un saludo para su merce y le manda a decir a su pimpollo que estoy a la orden para lo que necesite.

Saludos,

MR. BLISS (UNA LEYENDA URBANA DE POCA TRASCENDENCIA) dijo...

vaya, totalmente de acuerdo a tu aseveracion de la adolescencia tardia de los hombres homosexuals, lo peor es que alguno no llegana superarla nunca y creen a us cuarenta años aun ser unos veinteañeros, actitud totalmente patetica y lastimera...yo admito que tuve una epoca en al cual era mas desbocado pero fue mas recientemente sali del closet porque tuve carta abierta para hacer muchas cosas o cuando quede viviendo solo con mi hermana tras la muerte de mi mama que tuve mas libertad de la que ya tenia antes de por si...pero reitero, no esta mal si son etapas y se superan, lo malo es quedarse estancado en el hedonismo, la promiscuidad, superficialidad y vanidad tipicas no solo del mundo gay, sino de la sociedad en general encaminada pro canones y consumismo.
En consecuencia crecer y madurar significa ver las cosas con una perspectiva mas racional y menos desaforada, si es ta bien adquirir experiencias y rpobarlo todo, no es bueno sino se poseen limites...

Abrazos doctora y saludos a vuestro pequeño.

JP dijo...

Doctora

Como siempre un placer leerla.

Y es que quien no se siente antojado ante la variedad de platos que la carta ofrece? Parece este post y el correspondiente mío, una réplica del mismo aspecto desde diferentes ópticas.

Coincido con Monchis y el Sr. Bliss. Con el primero respecto a lo que solo la experiencia propia puede ofrecer, con el segundo a que es bueno pasar por etapas y dejarlas atrás, aprendiendo de ellas sin caer en el canon del común de la gente.

Me le leido a mis mismo... y creeme, recuerdo el sabor de aquellos dias. Como dice JC, errar es de humanos, recaer es de conchudos.

NewSaint73 dijo...

Hoy en dia, esto no aplica solo para el mundo gay.Vas a bailar a donde sea y encuentras, a uno vegetes y vegetas, cosa que no esta mal, si no es por que estan embutidos en ropajes de ninos de la mitad de su edad, tratando de convencerce que la edad solo esta en la cedula.
Tiempo al tiempo, paso a paso...y como dice el viejo rubencho...caminado se aprende en la vida...no hay de otra.

chau.y saludos.

Vicky dijo...

A veces es necesario aprender a decir adiós, a declarar la libetad del otro y la nuestra propia. Quizás lo más necesario del asunto es que nuestro "yo" seguirá aquí aún cuando todos se hayan ido.

Milo Gasa dijo...

Estimada Dra., estamos sintonizados, escribí algo similar el año pasado: aquello de vivir la segunda adolescencia puede ser algo muy chévere, pero uno debe tener la entereza suficiente para reconocer cuándo se ha acabado.

Un abrazote.

Y si al final del camino la vida no te encuentra triunfante, que por lo menos te encuentre luchando!