domingo, 26 de octubre de 2014

Mi hijo


Ser padre... gay

Hace muchos años conocí a la madre de mi hijo, es una mujer sencilla, trabajadora, nacida en el campo en una de las regiones rurales de mi país. Con esfuerzos estudió, se tituló y se estableció como auxiliar administrativa de una comunidad religiosa; ahí conoció a Pablo, se enamoró, se embarazó y tuvo a Sebastián, mi hijo.

Martha y yo hemos sido amigos por 25 años, siempre que Sebastián le iba mal en el colegio, tenía un problema o simplemente necesitaba de una figura masculina ella me llamaba. Pablo... simplemente nunca estuvo; huyó cuando se enteró del embarazo de Martha y se ha ocultado desde entonces al punto de no tener bienes a su nombre por evadir a las autoridades que tienen un proceso por alimentos desde que el bebé nació. Sin embargo... doy gracias a Dios por este regalo, a Pablo por su descuido, a la vida por esta oportunidad, ya que me permitió estar a lado de ese maravilloso muchacho que es Sebastián. 

Recuerdo con cariño miles de momentos: él corriendo por nuestro lugar de trabajo desordenando todo muerto de la risa mientras la mitad de los empleados trataban infructuosamente de atraparlo, en un balneario cercano metiéndose a la piscina y de pasada empujando a todos sus primos, cantando en su cumpleaños, mirando juntos por la ventana mientras la lluvia caía. Luego ya un poco mas grande, cuando se refugió en mis brazos, triste y acongojado por tener que repetir un curso en el colegio o en la ocasión en que tuvimos la consabida charla de sexo para que el tuviera su primera vez con su chica.

Tanto mi amiga como Sebastián saben que soy gay; el día en que les conté solo recibí un largo abrazo de mi hijo y bueno... Martha tardó un poco mas en reaccionar, por alguna razón no se lo esperaba, pero ahora eso acá no importa, somos una familia... quizás no la mas tradicional pero somos una. Es la familia que Dios, la vida, el destino... me regaló.

En unos días Sebastián será un joven de 18 años que estudia en la universidad, que amo con el alma y que me cambia el día con tan solo dos palabras "Hola Pa!"


2 comentarios:

Y si al final del camino la vida no te encuentra triunfante, que por lo menos te encuentre luchando!